España, 1620 – Italia, 1684.
Buenaventura Gran nació en Riudoms (Tarragona), en 1620, de familia humilde pero muy religiosa. Sus padres no pudieron costearle los estudios y por ello se dedicó a las tareas del campo y de pastor.
Contrajo matrimonio por voluntad de su padre, pero enviudó al año y medio. Sintiéndose libre, enseguida ingresó en los Hermanos Menores en Barcelona. Durante 17 años vivió en Cataluña ejerciendo los oficios más humildes, con verdadera entrega y alegría.
En 1658 fue a Italia, morando en varios conventos del Lazio, donde vivió su verdadera misión y carisma: la fundación de conventos de retiro en la Provincia romana, para lo que consiguió las correspondientes autorizaciones del papa Alejandro VII. Y así fueron creándose los conventos de retiro de Ponticelli, Montorio Romano y San Buenaventura en el Palatino, entre otros.
Se distinguió también por su extraordinaria caridad para con los pobres, su exquisita humildad y su rigurosa pobreza. Fue enriquecido por Dios con carismas especiales y con el don de los milagros, y honrado con la amistad personal de varios pontífices.
Murió en Roma el 11 de septiembre de 1684, a los 64 años de edad. Fue beatificado por san Pío X en 1906.