R: Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
Los ojos del Señor miran a los justos, sus oídos escuchan sus gritos; pero el Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. R.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra fe sus angustias; el Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. R.
Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor; él cuida de todos sus huesos, y ni uno solo se quebrará. R.
La maldad da muerte al malvado, y los que odian al justo serán castigados. El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él. R.